El luto es la expresión medianamente
formalizada de responder a la muerte, es decir, la muestra externa de los sentimientos de pena y duelo ante
el fallecimiento de un ser querido. En los países occidentales, esto incluye los
entierros, las esquelas y ropa de luto,
entre otros.
Europa
continental
La costumbre
de llevar ropa negra sin adornos en señal de luto se remonta al menos al Imperio
romano, cuando la toga pulla hecha de lana de color oscuro
se vestía durante los periodos de luto.
Durante la Edad Media y
el Renacimiento,
las ropas propias del luto se llevaban por pérdidas personales y generales: se
dice que tras la matanza del día de San Bartolomé, de hugonotes en Francia, Isabel I de Inglaterra y su corte
vistió de luto riguroso para recibir al embajador francés.
Las mujeres
de luto y las viudas llevaban sombrero y velo negros,
generalmente en una versión conservadora de la moda actual.
En algunas
zonas rurales de Portugal, España, Grecia y otros países mediterráneos, las
viudas visten de negro el resto de sus vidas. Los miembros inmediatos de la
familia del difunto visten de negro durante un período más amplio que el resto.
Luto blanco
El color del
luto más riguroso, entre las reinas europeas medievales, era
el blanco en lugar del negro. Esta tradición sobrevivió en España hasta
finales del siglo XVI y fue de nuevo puesta en práctica por la reina, española
de nacimiento, Fabiola de Bélgica en el funeral del rey Balduino I de Bélgica.
Era
costumbre entre las doncellas de Francia vestir el deuil blanc
o ‘luto blanco’. Este es el origen del guardarropa de luto blanco creado por Norman
Hartnell para la reina Isabel en
1938.
Reino Unido
En el Reino Unido no
hay actualmente ninguna ropa especial o comportamiento obligatorio para
aquellos que guardan luto, e incluso vestir de negro en los funerales es una
costumbre en declive. Sin embargo, tradicionalmente existieron estrictas reglas
sociales a observar.
En el siglo XIX,
el comportamiento durante el luto en Inglaterra, se
había desarrollado en un complejo conjunto de reglas, particularmente entre las clases
altas. Las mujeres soportaban el mayor peso de estas costumbres, que implicaban
llevar gruesas ropas cerradas negras y gruesos velos negros de crepé.
También se vestían gorros y bonetes especiales, normalmente
negros o de otros colores oscuros. Había incluso unas alhajas especiales
de luto, a menudo hechas de azabache o de cabellos del difundo. Los ricos podían
incluso llevar camafeos o relicarios diseñados
para guardar un mechón del cabello del difunto o alguna reliquia parecida.
Se esperaba
de las viudas que llevasen ropas especiales para señalar que estaban de luto
hasta cuatro años después del fallecimiento. Prescindir de estas ropas antes se
consideraba irrespetuosos con el difunto, y si la viuda era aún joven y
atractiva, incluso sexualmente promiscuo. A los sujetos a estas reglas se les
permitía reintroducir lentamente ropas convencionales en diferentes momentos
del periodo de luto, etapas que eran conocidas por términos como «luto
completo», «medio luto» y similares.
Los amigos,
conocidos y empleados, guardaban también luto en mayor o menor grado según su
relación con el difunto. En general, los sirvientes llevaban
brazaletes de
tela negra cuando había habido una muerte en la casa donde servían.
El luto
formal tuvo su culmen durante el reinado de la Reina Victoria. La propia Victoria puede
haber tenido mucho que ver con esta práctica, debido a su larga y conspicua
pena por la muerte de su marido, el príncipe Alberto. Aunque la moda comenzó a ser más
funcional y menos restrictiva en la siguiente
época Eduardiana, los ropajes correctos para
hombre y mujeres, incluyendo los del periodo de luto, eran aún estrictamente
prescritos y rígidamente adoptados.
Las reglas
fueron relajándose gradualmente y se convirtió en práctica aceptable para ambos
sexos vestirse de colores oscuros hasta un año después de la muerte de un
familiar.
Estados
Unidos
En Estados
Unidos el luto seguía generalmente las formas británicas. En el Sur anterior a
la Guerra Civil, con buenas costumbres que
rivalizaban con las de Inglaterra, el luto se observaba estrictamente. La
escena del libro y la película Lo que el viento se llevó,
en la que Escarlata O'Hara escandaliza a los asistentes a un baile,
al aceptar la invitación de Rhett Butler a pesar de estar de luto por el
fallecimiento de su último marido, refleja fielmente las costumbres sociales de
la época.
La pérdida
del cabeza de familia tenía importantes consecuencias para las viudas indias:
en algunas tribus, el luto incluía el acto extremo de mutilarse un dedo.
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